domingo, 25 de diciembre de 2011

Marsé es escritor mientras escribe

Suelo comprar los periódicos siguiendo la cadencia de los suplementos culturales*. Esta semana desordenada con las fiestas de Navidad me ha deparado una sorpresa agradable con un día de adelanto. Este viernes, día habitual de El Mundo, toca El País y el ABC. En la tercera página de Babelia, en la sección El rincón, aparece una breve reseña sobre Juan Marsé bajo una "ocupa" fotografía del autor en su estudio. Leyendo el texto de Rosa Mora, descubro una cita de Juan Marsé llena de luz: 


Marsé nos dice qué es lo que hace. Y cuando no hace lo que siente que debe ser, se transforma en individuo en celo, en búsqueda de historia que contar. Y compartir. 

Sale a la calle como un "Robert Walser" anónimo, errante paseante al acecho de lo inesperado que le devuelva el aroma de su esencia. Y pienso que me gustaría ser como Marsé, un individuo que es lo que hace cuando lo hace. Si Sartre proclamaba que la existencia precede a la esencia, Marsé nos instruye en la ética de un planteamiento de vida honesta y plena de satisfacciones.

* Los efectos colaterales de esta costumbre son interesantes y acostumbran al lector a ejercitar la digestión de las noticias desde planos diferentes, y muchas veces opuestos, lo que provoca un distanciamiento que estimula la producción de un criterio propio.

Fotografía de Consuelo Bautista. Juan Marsé en su estudio

jueves, 15 de diciembre de 2011

Gaseados

Cualquiera que haya leído Libertad de Jonathan Franzen, encontrará en el artículo Gassed de la revista Guernica la constatación de cómo la realidad puede superar a la ficción.

<<Teel knew there was nothing he could do, so he asked the man to make sure the road didn’t get too close to his wife’s vegetable garden. When Teel came home the next day he found the entire area bulldozed.>>

domingo, 11 de diciembre de 2011

jueves, 8 de diciembre de 2011

martes, 6 de diciembre de 2011

Al fondo a la derecha

Al destino llegas camino arriba, siempre al norte, todo recto hasta el final, giras a la derecha, y ya está, eso era lo que buscabas. Tierra, cielo, y horizonte. Adelante, hacia el vértice del infinito. El viaje, alimentado de tiempo y sueños, moldea tu vida, agrieta tu cuerpo, ensancha tus fronteras. Frágil, superviviente, tierno, egoista, sorteas  baches, bandeas curvas. Y al final el destino toma forma, es lo que eres, lo que has sido desde siempre, el destino eres tu. Alimenta el destino que te aguarda en los posos del tiempo.

Fotografía de Pedro Ruigómez Momeñe - Ecuador 2011

jueves, 1 de diciembre de 2011

Van

Van Morrison - Astral Weeks (Live at the Hollywood Bowl, 2009)

ASTRAL WEEKS (Van Morrison, 1968)

If I ventured in the slipstream
Between the viaducts of your dream
Where immobile steel rims crack
And the ditch in the back roads stop
Could you find me?
Would you kiss-a my eyes?
To lay me down
In silence easy
To be born again
To be born again
From the far side of the ocean
If I put the wheels in motion
And I stand with my arms behind me
And I'm pushin' on the door
Could you find me?
Would you kiss-a my eyes?
To lay me down
In silence easy
To be born again
To be born again
There you go
Standin' with the look of avarice
Talkin' to Huddie Ledbetter
Showin' pictures on the wall
Whisperin' in the hall
And pointin' a finger at me
There you go, there you go
Standin' in the sun darlin'
With your arms behind you
And your eyes before
There you go
Takin' good care of your boy
Seein' that he's got clean clothes
Puttin' on his little red shoes
I see you know he's got clean clothes
A-puttin' on his little red shoes
A-pointin' a finger at me
And here I am
Standing in your sad arrest
Trying to do my very best
Lookin' straight at you
Comin' through, darlin'
Yeah, yeah, yeah
If I ventured in the slipstream
Between the viaducts of your dreams
Where immobile steel rims crack
And the ditch in the back roads stop
Could you find me
Would you kiss-a my eyes
Lay me down
In silence easy
To be born again
To be born again
To be born again
In another world
In another world
In another time
Got a home on high
Ain't nothing but a stranger in this world
I'm nothing but a stranger in this world
I got a home on high
In another land
So far away
So far away
Way up in the heaven
Way up in the heaven
Way up in the heaven
Way up in the heaven
In another time
In another place
In another time
In another place
Way up in the heaven
Way up in the heaven
We are goin' up to heaven
We are goin' to heaven
In another time
In another place
In another time
In another place
In another face

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Gilgamesh

Figura de Gilgamesh del palacio de Sargon II (Museo del Louvre)
 

Traum, sueño en alemán. 
Naught Traum, las grapas de mi sueño.

<<Los cielos tronaban, El suelo retumbaba, La tempestad dio paso a un  silencio de muerte, Se alzaron las tinieblas, Se vio un relámpago, Estalló un incendio, De brillantes llamas, Y empezó a llover muerte, Luego esta hoguera se vino abajo, Quedó reducida a cenizas>>

(Tercer sueño del Poema de Gilgamesh)

jueves, 24 de noviembre de 2011

It was yesterday and still I am

Fotografía de Eduardo Ruigómez - It was yesterday and still I am - Seleccionada en el II Concurso de Arte Grünenthal 2011.
Texto de la parte inferior de la imagen: "I saw a broken skull, the ideas fled in cascade from the cavern, someone stumbled with the stair. This is me that don’t know what I see, it was yesterday and still I am." (He visto una calavera rota, las ideas fluían en cascada de la caverna, alguien tropezó con las escaleras. Soy yo que no sé lo que veo, sucedió ayer y todavía soy).

lunes, 7 de noviembre de 2011

Rosling


Hans Rosling - The magic washing machine
(ver con subtítulos en español)

domingo, 6 de noviembre de 2011

Malick


Terrence Malick - The Tree of Life (2011)

Terrence Malick - The Red Thin Line (1998)

Terrence Malick - Days of Heaven (1978)

viernes, 4 de noviembre de 2011

Meadows

Por su interés y actualidad, reproduzco un artículo de Federico Mayor Zaragoza, Presidente de la Fundación Cultura de Paz, publicado en la revista Temas nº 181 en diciembre de 2009 en relación al Club de Roma:

Fotografía de Eduardo Ruigómez - Invernadero





La humanidad posee hoy la más poderosa combinación de conocimientos, instrumentos y recursos de todos los tiempos. Tiene todo lo que es físicamente necesario para crear una forma de sociedad humana completamente nueva… pero para ello es necesario una visión prospectiva y una firme voluntad”. (En Los límites del crecimiento, 1972).

En 1972, Universe Books, de Nueva York, publicaba el libro Los límites del crecimiento, informe al Club de Roma, realizado por Donella H. Meadows, Dennis L. Meadows, Jorgen Randers y William W. Behrems. Estaba dedicado “al Dr. Aurelio Peccei, cuyo profundo compromiso con la humanidad nos ha inspirado, al igual que a otros muchos, a reflexionar acerca de los problemas del mundo a largo plazo”.

Fue en abril de 1968 cuando se reunieron en la Accademia Dei Lincei de Roma una treintena de personas –científicos, educadores, economistas, humanistas, industriales y funcionarios nacionales e internacionales– procedentes de 10 países. Los había convocado Peccei, “un hombre de visión”, para discutir sobre un tema de especial relieve: el presente y el futuro de la especie humana. Se trataba de abordar las cuestiones que preocupan a todos los seres humanos con independencia de su procedencia: pobreza en medio de la abundancia, degradación del medio ambiente, descrédito de las instituciones, urbanización descontrolada, inseguridad en el empleo, alineación juvenil, rechazo de los valores tradicionales, inflación y otras anomalías monetarias y económicas... En su conjunto, analizar, en terminología del Club de Roma, la “problemática” mundial y aportar soluciones.

Un equipo del MIT (Massachussets Institute of Technology), dirigido por el profesor Dennis Meadows, estudió los cinco factores básicos que determinan, y en último término limitan, el crecimiento en el planeta Tierra: población, producción agrícola, recursos naturales, producción industrial y contaminación.

Las conclusiones del informe llaman la atención de quienes, en virtud de los sistemas económicos y de gobernación vigentes, “deterioran la calidad y dirección de nuestra vida”, proporcionándoles nuevos enfoques e ideas. Se pretende inducir a los lectores –dicen en la introducción– a pensar en las consecuencias del crecimiento “... y a considerar la necesidad de una acción concertada si realmente queremos preservar la habitabilidad de la Tierra para nosotros y nuestros hijos”.

Las principales conclusiones son:
1) Si las presentes tendencias de crecimiento en la población mundial, industrialización, contaminación, producción de alimentos y utilización de recursos naturales no se modifican, los límites del crecimiento del planeta se alcanzarían dentro de los próximos 100 años.
2) Es posible modificar estas tendencias de crecimiento y establecer condiciones de estabilidad ecológica y económica de tal modo que se prolongue de forma sostenible en el futuro. Podría diseñarse una situación de equilibrio global que permitiera la satisfacción de las necesidades materiales básicas de cada persona en la Tierra y todas tendrían igual oportunidad de desarrollar su potencial humano individual.

En resumen, tenemos que prepararnos para un período de gran transición: la transición desde el crecimiento al equilibrio global.

Algunos datos importantes:
• Crecimiento exponencial de la población: desde 1.000 millones de habitantes de la Tierra en el año 1800 a 2.600 en 1950 y 6.000 en el año 2000 (como previsión). Incremento de la longevidad.
• Producción de alimentos: se incrementará, con un crecimiento exponencial con mayor productividad en espacios mejor aprovechados.
• Consumo excesivo de reservas minerales.
• Consumo de energía per cápita y –¡ya en 1972!– se alertaba sobre el crecimiento de la concentración de anhídrido carbónico en la atmósfera.
• El incremento de la población puede alcanzar el límite de la “capacidad de alojamiento de la Tierra” (carrying capacity).
• Incremento de la productividad alimenticia.
• Necesidad imperiosa de regulación demográfica, mediante el adecuado control de la natalidad.
• Nocivos efectos colaterales de la tecnología si no se toman las medidas de protección adecuadas...

Por cuanto antecede, es necesaria la “elección de límites”: “La relación entre los límites de la Tierra y las actividades humanas está cambiando”: las curvas de crecimiento exponencial añaden millones de personas y miles de millones de toneladas de contaminantes al ecosistema cada año... Incluso el océano, que aparecía como virtualmente inalterable, está perdiendo especies y capacidad nutritiva.

La depredación humana, en conclusión, está traspasando los límites que debería saber imponerse. Pero para ello es imprescindible la existencia de instituciones internacionales que vigilen y en su caso castiguen a los transgresores.

Sería mejor, desde luego, vivir en el marco de los límites impuestos libremente, con rigor científico, que tener que hacer frente después a las graves consecuencias de no haber observado estas pautas de “sabia contención”.

Estas medidas pueden conducir a situaciones especialmente graves en los fenómenos potencialmente irreversibles. En efecto, pueden alcanzarse puntos de no retorno, lo que advierte severamente sobre la responsabilidad de los gobernantes, en las distintas escalas, para no aplazar la adopción de decisiones que pueden prevenir a tiempo situaciones ya insolubles. Me gusta repetir que se trata de la “ética del tiempo”, que hace especialmente importante la acción de anticipación, una de las cualidades distintivas de la humanidad, la prevención. Saber para prever, prever para prevenir. Hoy más que nunca es necesario tener en cuenta también esta función de la comunidad científica y académica, al lado, nunca sometida, de los decisores.

Las consecuencias físicas y sociales de traspasar los límites deben, por tanto, ser evitadas mediante las acciones a escala local y global que sean apropiadas. El multilateralismo es la única forma que permite fijar pautas de acción a escala planetaria y conseguir que se observen.

Frente al crecimiento desordenado, la “restricción deliberada”, tomando en mano las riendas del destino, adoptando un comportamiento cotidiano consciente de lo que está en juego, de tal manera que se consiga estabilizar el crecimiento poblacional; evitar que se reduzcan en exceso las reservas de recursos finitos; ampliar a todos los seres humanos las condiciones de vida digna; eliminar los contaminantes, teniendo en cuenta las generaciones venideras; fomentar el uso de energías renovables...

“La transición de crecimiento a equilibrio global es posible”, concluyen los autores de este importantísimo informe. Se trata, dicen al final, de tener en cuenta los valores humanos esenciales y, de esta manera, decidir si tenemos que “proporcionar más alimento a los pobres o más servicios a los ricos”.

En 1992, el mismo equipo alertó del incumplimiento de los “limites”, publicando Más allá de los límites. Estaba claro que no se habían respetado las recomendaciones del informe aparecido en 1972 y que el mundo se precipitaba hacia el colapso.

Doce años más tarde, en 2004, Done- lla H. Medows, Jorgen Randers y Dennis L. Meadows publican Límites del crecimiento: a los treinta años (Limits to growth: the 30 years up date). El peligro aumenta. La urgencia de adoptar medidas también. El sumario de este nuevo informe comienza así:
“Las señales se hallan en todas partes alrededor nuestro:
• El nivel del mar ha crecido entre 10 y 20 centímetros desde 1900. La mayoría de los glaciares (no polares) se están reduciendo y la extensión y espesor del hielo del polo Ártico decrece notoriamente, especialmente en verano.
• En 1998 más del 45% de los habitantes de la Tierra han tenido que vivir con ingresos que se sitúan alrededor de los 2 dólares diarios como máximo. Entretanto, el 20% de la población ‘rica’ del mundo posee el 85% del PIB global. Y la fosa entre ricos y pobres no deja de ampliarse.
• En el año 2000, la FAO anunció que el 75% de la pesca en el océano estaba sobrepasando los límites que podrían garantizar su conservación.
• Lo mismo sucede con el suelo, que presenta una extraordinaria degradación de la tierra utilizada para explotación agrícola”.

Está claro que son síntomas de un mundo explotado en exceso, del cual extraemos recursos más rápidamente de lo que pueden restablecerse, y liberamos productos de deshecho y contaminantes en mayor cantidad de la capacidad de la Tierra para absorberlos o hacerlos inocuos. “Todo ello nos está conduciendo a un colapso medioambiental y económico, aunque existen todavía posibilidades de tratar estos desafíos y reducir su impacto”.

Conste, dicen, que ya se alertó a tiempo: hace más de 30 años que advertimos de los límites del crecimiento... y al cumplirse en 1992 los 20 años de la publicación del primer informe, de nuevo subrayamos en Más allá de los límites que no se estaban adoptando las medidas adecuadas y que el sistema económico desembocaría, si no se reconducía radicalmente, a gravísimas crisis.

Es cierto que en los últimos 30 años –se reconoce en el informe de 2004– ha habido ciertos progresos representados por nuevas instituciones, tecnologías y, sobre todo, la toma de consciencia a escala mundial sobre los problemas medioambientales... a pesar de lo cual “la visión de la situación en 2004 es más pesimista que la de hace 12 años”.

Así, por ejemplo, la distancia entre los pobres y ricos se ha incrementado durante las décadas pasadas, en lu- gar de reducirse como se proclamaba en la “globalización”. Y se destaca que, con el sistema actual, el crecimiento económico tiene lugar, sobre todo, en los países que ya son ricos y, dentro de los mismos, también favorece más a los ricos que a las capas de población menos favorecidas.

Los límites del crecimiento incluyen tanto los materiales como la energía que se extraen de la Tierra y la capacidad del planeta para absorber los contaminantes que se generan cuando estos materiales o fuentes energéticas se utilizan. Lo recursos pueden ser renovables, como sucede en suelo agrícola, o no renovables, como en las fuentes energéticas fósiles. Pero ambos tienen sus límites. El más claro y relevante límite para la producción de alimentos es la tierra. Es el suelo agrícola. Desde 1990 al año 2000 la FAO ha estimado que más de 370 millones de acres de bosques –un área del ta maño de México– se han destinado a otros usos.

Más del 80% de la energía comercial utilizada en el año 2000 procedía de fuentes fósiles no renovables de energía: petróleo, gas natural y carbón. Y aunque se hallen nuevos yacimientos, no cabe duda de que, en conjunto, se están perdiendo para siempre unos materiales preciosos para la humanidad. Se están quemando “joyas” muy necesarias para la sostenibilidad productiva del futuro.

Lo mismo sucede con los minerales y otras materias de importantes recursos naturales finitos. Y la población de la Tierra debe disfrutar, en su conjunto, de vivienda, servicio de salud, educación, transporte, refrigeradores, televisores... Se necesitará progresivamente mayor cantidad de acero, cobre, cemento, aluminio... Aparte de lo que ésto implica desde un punto de vista de utilización de recursos no renovables, tiene que tenerse en cuenta la capacidad del planeta para absorber los deshechos de este “acceso a los bienes materiales” de todos los seres humanos y no sólo de unos cuantos privilegiados. Entre los deshechos, los más peligrosos son los de las centrales nucleares y los de química orgánica, ya que exigen sistemas de conservación muy especiales, en los que no debería ahorrarse nada para la protección y, sobre todo, para procurar que dejen de utilizarse instalaciones y procesos que comprometen enormemente la calidad de la habitabilidad en el futuro.

Las actuales concentraciones atmosféricas de anhídrido carbónico y de metano son muy superiores a las que se calcula que han existido en los últimos 160 mil años. Las consecuencias pueden ser un grave cambio climático con deshielo, elevación del nivel del mar, cambio de corrientes marinas, fuertes tormentas, modificación de los períodos de lluvia, así como cambios sustanciales en los hábitos migratorios de aves, etc.

“Debemos reconocer que el sistema socioeconómico actual ha sobrepasado todos lo límites y nos ha conducido hacia una situación enormemente crítica”. Será necesario, por tanto, modificar sustancialmente las presentes estructuras.

En 1987, la Comisión Mundial sobre Medioam- biente y Desarrollo definió a la “sociedad sostenible” en los siguientes términos: “Es aquella que aporta y satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”.

Para ello, es necesario establecer, sin más demora, aprovechando precisamente la reacción a las crisis presentes –financiera, alimentaria, medioambiental, democrática, ética– el sistema a escala mundial que, como en el diseño del grupo de Franklin Delano Roosevelt al término de la guerra del 39 al 45, permita, por fin, poner las riendas del futuro de la humanidad en las manos de “los pueblos”, como tan lúcidamente establece el primer párrafo del Preámbulo de la Carta de las Naciones Unidas. Es la solución: es la gente la que debe, en una democracia genuina, tomar las decisiones que permitan “evitar la guerra”, es decir, construir la paz, “en favor de las generaciones venideras”.

En las Naciones Unidas, los Estados no sólo sustituyeron a los pueblos, sino que más tarde cedieron buena parte de sus recursos económicos e incluso responsabilidades a grandes corporaciones supranacionales que han gozado de la mayor impunidad, permitiendo tráficos de drogas, capitales, patentes, armas, personas... y utilizando los paraísos fiscales, que tanto daño han causado al tejido social a escala global. También sustituyeron las ayudas por los préstamos, la cooperación internacional por la explotación, de tal modo que los flujos económicos pasaron de ser de Norte a Sur a ser de Sur a Norte, en una de las más incomprensibles maniobras de lamentable gobernación mundial de las últimas décadas. Porque, por si fuera poco, al mismo tiempo que se debilitaba el sistema de las Naciones Unidas y, por tanto, la posibilidad de llevar delante de los tribunales a los transgresores de toda índole, los grupos plutocráticos de los G-7, G-8, G-20... sustituían los principios democráticos por los que tantos habían dado su vida (justicia social, libertad, igualdad, solidaridad...) por las leyes del mercado.

Ha llegado el momento de la gran transición de súbditos a ciudadanos, de espectadores a actores, de silenciosos a personas comprometidas e implicadas, que participan intensamente, robusteciendo la democracia tanto a escala local como regional y global. Hoy, históricamente, es posible, gracias al progreso de las tecnologías de la comunicación, que permite la participación no presencial a través de la telefonía móvil (SMS) o de Internet. Esta movilización del poder ciudadano debe ser liderada por la comunidad científica y académica, por los intelectuales, los artistas, todos aquellos que hasta ahora han estado como súbditos, sumisos y resignados, resistiendo a lo sumo los desafíos de un poder que exigía, de manera indiscutible, que se ofreciera la propia vida a los designios del poder.

Ha llegado el momento, como de forma tan clarividente establece la Constitución de la UNESCO, de poner en práctica los principios democráticos basados en la igual dignidad de todos los seres humanos. Es éste el estandarte que a partir de ahora todos tenemos que defender, para que, a la mayor brevedad posible, podamos llevar a cabo la gran transición de una cultura de imposición, violencia y guerra, basada desde el origen de los tiempos en el perverso adagio de “si quieres la paz, prepara la guerra”, a una cultura de diálogo, conciliación y paz. Es la gran transición de la fuerza a la palabra, la que dará a los Parlamentos del futuro todo el valor de la representación ciudadana.

Hay que establecer los límites de consumo y los límites del poder mediático, que en estos momentos procuran la uniformización, la gregarización a escala mundial, en lugar de favorecer la diversidad cultural, propia de esta riqueza que representa cada ser humano único y capaz de crear límites a la discrecionalidad de los Gobiernos y al ejercicio de la oposición para que sea la democracia la que triunfe y no determinadas posiciones políticas más atentas a los resultados electorales que al bien común...

Son necesidades de todos y no los deseos insaciables de unos pocos lo que a partir de ahora tiene que tener en cuenta la humanidad. Es esta transición que ahora, aprovechando precisamente la reacción ciudadana ante las crisis, debemos acelerar. En efecto, se han traspasado todos los límites en los últimos años, por invasiones militares basadas en la mentira y por la explotación que todavía sigue incontrolada en tantos países de la Tierra (el coltán en el Congo, el oro por empresas multinacionales canadienses en Guatemala, etc.), que ha conducido –utilizando las propias palabras del Presidente Obama– por su “codicia e irresponsabilidad” a la gravísima situación que padecemos actualmente y que afecta sobre todo, como siempre, a los más débiles, a los más vulnerables.

Es vergonzoso que hoy consintamos que se estén gastando 3 mil millones de dólares al día en armas cuando mueren más de 60 mil personas de hambre, todos los días, de ellas 35 mil niños de 0 a 5 años. Hemos asistido atónitos al “rescate” de las instituciones financieras y ahora debemos exigir que se “rescate” a la gente que está padeciendo desde hace años las consecuencias de un sistema nacional e internacional totalmente injusto. No tenemos que dejar pasar mucho tiempo porque, de otro modo, se desvanecería progresivamente la irritación, la frustración que ha producido el que no hubiera dinero, hace tan sólo nueve años, cuando se fijaban los objetivos del milenio, para eliminar la pobreza extrema y el hambre del mundo, o el sida, o enfermedades que ya no afectan a los más privilegiados... “No hay dinero”, nos decían. No había dinero para remediar el hambre... y, súbitamente, han aparecido centenares de miles de millones para “rescatar” a los mismos que en buena parte eran responsables de las crisis actuales.

Por ello debe aprovecharse esta situación de disentimiento radical para el gran cambio de rumbo de la humanidad que es apremiante. Tenemos que pasar de una economía de guerra, de concentración de consumo en el 20% de la humanidad, a una economía de des- arrollo global sostenible en la que se atiendan las necesidades básicas de todos los habitantes de la Tierra, todos iguales en dignidad, y al mismo tiempo se amplíe el número de “clientes”. La calidad de vida depende de: la nutrición, el agua, la salud, las fuentes energéticas, el respeto al medio ambiente, educación, transporte, paz.

La nueva economía deberá basarse, por tanto, en reducir el gasto en armamentos –armamentos que por otra parte deben ser los apropiados a la actual estrategia bélica y no vender artefactos propios de guerras pretéritas– y atender la producción de alimentos (agricultura, acuicultura, biotecnología); almacenamiento, reciclaje, conducción y producción, por desalinización del agua que sea necesaria; atención a los problemas de salud en todo el mundo, especialmente a través de vacunaciones y de investigación en las neurociencias, por la longevi- dad de la población mundial; grandes inversiones en energías renovables (eólicas, termosolar, fotovoltaica, temomarina, hidrógeno..); transporte eléctrico; vivienda ecológica;...

Decía la profesora María Novo hace poco que uno de los grandes problemas que tiene en estos momentos la humanidad es la frecuente incapacidad para discernir los límites. Tenemos que procurar que sea la sociedad civil la que deliberadamente actúe en este sentido.

Para establecerlos correctamente necesitamos conocimiento. No hay peor enemigo que la ignorancia. Por ello, quiero destacar que unos años después de Los límites del crecimiento, se presentó al Club de Roma un informe titulado No hay límites al aprendizaje. Esto es lo que tenemos que tener en cuenta, si queremos realmente hacer frente a los grandes desafíos que hoy tenemos planteados. Lo importante es conocer, es inventar, es utilizar esta capacidad, que es nuestra esperanza, que distingue a la especie humana: la de pensar, imaginar, inventar, crear. “Toda ignorancia es una limitación. Todo conocimiento es una liberación”, escribió el Premio Nobel Jean Dausset.

Podemos. Esta convicción, expresada por el Presidente Obama tan reiteradamente en su campaña electoral, es la que debe ahora adoptar como consigna la sociedad civil. Ya no seremos testigos impasibles. Actuaremos. Como, por cierto, ha hecho el Presidente Obama, al anunciar y confirmar el liderazgo de los Estados Unidos en el desarme nuclear y en el cambio de estrategia relativo al material bélico y naturaleza de las actuales confrontaciones; al tender la mano hacia las distintas culturas, la musulmana incluida, en lugar de declararla “eje del mal”; el regreso al multilateralismo, en lugar de favorecer a pequeños grupos de países ricos conducidos por inhábiles capitanes, en los últimos años, de gobernación “globalizada”.

Es tiempo de acción. “Es tiempo de alzarse”, utilizando una vez más el verso de José Ángel Valente. Y es tiempo de una “deliberada” adopción de límites.

jueves, 27 de octubre de 2011

El olor del subsuelo

Fotografía y texto: © Eduardo Ruigómez




El calor sofocante de un octubre anestesiado invita a eludir la calle. El metro se brinda como una alternativa interesante. Cambio el rumbo. Adiós calle, adiós. Cuando abandonas la acera y desciendes por las escaleras, el cielo se desvanece e irrumpe la falsa noche. Pasillos como túneles modelan los pasos y los destinos de seres encogidos. Las tinieblas del subsuelo dan cobijo a caminantes superfluos, alimentados sólo por la urgencia de un destino infructuoso. Me sumo al coro y me dejo llevar. Suelto amarras y floto. Arriba he dejado las raíces de la señora Woolf que me ligaban a la realidad. Floto y me dejo llevar por la corriente de pasos apresurados. El tiempo es frágil y se pierde entre los tacones de la ansiedad. No veo rostros, sólo espaldas. No veo color, sólo gris grisáceo. Huele a ensaimada con chocolate rancio, como el otoño de la señora Slama. Sin embargo, no hay en el metro rastro de esas mujeres que tan dentro llevo; a mi alrededor crece la desbandada. Porque cuantos más estamos siendo sin ser, el vacío es más intenso. En las escaleras mecánicas se transforma la ventisca, desdoblándose en galgos y podencos, según quien seas arriba te espera la tierra prometida o más de lo mismo. Me apunto a los segundos y aparco el cuerpo impasible al flujo envolvente. A pesar de todo, siento que aquí el ruido es menor e incluso puede oírse a los otros. <<Mamá, me he hecho daño>>. La voz frágil de una niña pidiendo sopitas a su protectora. <<¡Jódete!>> truena de forma violenta la madre. Algo se ha roto. No puedo mirar hacia atrás. No puedo fundir con una mirada asesina el cuerpo de la cromañón. Pienso en Buñuel, en lo que haría con una madre canalla y un diálogo tan surrealista. Pienso en George Borrow, incapaz de vender biblias en una España analfabeta, sobrada con atender las lecturas en la iglesia. Pienso en Martha C. Nussbaum defendiendo la educación socrática de Rabindranaz Tagore y Estados Unidos en un mundo sordo y paleto.

Aturdido. Huyo hacia arriba. A la luz y el aire. Igual que despertar de una pesadilla siniestra. El mundo es feo, el mundo es bello. Huyo ciego de las pequeñas miserias. Quiero alejarme de la escena del horror, así que emprendo mis pasos hacia la primera calle a la vista. Observo los rostros con los que me cruzo. Ninguno ha oído lo que he oído. Esta ciudad superpoblada y poco humana invita al desarraigo, como si se hubiera perdido un eslabón entre los ciudadanos y su habitat. Estoy desorientado, avanzo lento. En una esquina me sale al paso un hombre viejo. Delgado, pelo blanco, bien vestido. Me recuerda a una fotografía de J. D. Salinger. Algo extraño delatan sus ojos. Desprenden una mirada penetrante, con un halo de misterio y angustia. 
<<Por favor caballero, ¿ve ese paquete que tengo apoyado en la pared? Es un cuadro muy grande, pero no pesa nada>>. Efectivamente, puedo ver un objeto de casi tres metros de alto, envuelto en papel y reforzado con unas cuerdas. Bien puede ser un cuadro, porque el lomo es delgado. Asiento con la cabeza. Y compruebo, como suele pasar en las películas, que no hay un sólo alma alrededor, sólo decenas de coches como muertos y en procesión. El hombre fuerza el gesto hasta un expresionismo digno del cine mudo. Gesto de desesperación. <<Necesito una furgoneta. ¿Sabe usted donde puedo conseguirla?>>. Y a continuación amplía su petición con nuevas palabras reiterativas. En un instante pasan veloces dispares ideas por mi cabeza: está como una cabra, ¿dónde está la cámara oculta de la tele?, ahora me asalta por detrás el socio con la navaja, ¿cómo ha traído ese bulto hasta la calle?… y pienso por segunda vez en Buñuel. Y también en la señora Slama, a punto del derrumbe. Quizás sólo el surrealismo sea capaz de interpretar la realidad de forma correcta. Tengo que cortar la escena. Eludo a duras penas el encuentro y me alejo. Como buen ciudadano, hago ¡click! y paso página.


¿Cuál será el siguiente impacto? Hoy daría mi alma por tropezarme con Robert Walser en su paseo cotidiano. Quién sabe, todo es posible. La inmortalidad, conjuntada con este otoño tardón, también es surrealista.

miércoles, 26 de octubre de 2011

jueves, 20 de octubre de 2011

Glowworm on a wire

Fotografía de Eduardo Ruigómez - Leonard Cohen, glowworm on a wire
































BIRD ON A WIRE

Like a bird on the wire, 
like a drunk in a midnight choir, 
I have tried in my way to be free. 
Like a worm on a hook, 
like a monk bending over the book, 
it was the shape of our love twisted me. 
If I have been unkind, 
I hope you can let it go by. 
If I have been untrue, 
it`s just that I thought a lover had to be some kind of liar too. 
Like a baby stillborn, 
like a beast with his horn 
I have torn everyone who reached out for me. 
But I swear by this song, 
I swear by all that I have done wrong, 
I will make it all up to thee. 
I saw a beggar, he was standing on his wooden crutch. 
He cries out to me, "Hey, you must learn not to ask for so much." 
Another pretty woman, waiting there in her darkened door, 
she cries out to me, "Hey, why not ask for just a little bit more?" 

Like a bird on the wire, 
like a drunk in some old midnight choir, 
I have tried in my way to be free. 

Leonard Cohen, 1969

viernes, 30 de septiembre de 2011

miércoles, 28 de septiembre de 2011

sábado, 24 de septiembre de 2011

viernes, 23 de septiembre de 2011

martes, 20 de septiembre de 2011

martes, 30 de agosto de 2011

Glad to see you soon

Fotografía de Eduardo Ruigómez - Seeyousoon
She & Him - Sing,  del album Volume Two > Video1 > Video 2

sábado, 27 de agosto de 2011

La ruta vertical de Shackleton

<<El sol y las frías temperaturas hicieron estragos en los hombres. Mawson se heló la mejilla derecha, David se quemó las manos y se heló la punta de la nariz. El catarro despojaba la piel de los labios y Mawson despertaba cada mañana con la boca pegada por la sangre congelada. Cuando se acercaban al Polo Magnético David escribió: "Los pesados patines del trineo susurraban suavemente cuando aplastaban miles de cristales". El 15 de enero de 1909 el compás de Mawson se encontraba a sólo 15 minutos de la vertical del Polo Sur Magnético. Mackay, David y Mawson se despojaron del equipo más pesado y salieron a una marcha forzada hacia el lugar, a donde llegaron poco tiempo después. David y Mackay plantaron una bandera, posteriormente los tres hombres se descubrieron, y posando ante la cámara David inmortalizó el momento activándola a distancia con un cordón. Después de un ritual de posesión dieron tres hurras por su Majestad el Rey Eduardo VII...>>


Fotografía de Eduardo Ruigómez - La salamandra Shackleton explora los límites

jueves, 18 de agosto de 2011

The Voice of God

Si tienes la suerte de estar en Nueva York en septiembre, no te pierdas esta convocatoria:

<< SEPTEMBER 15–18 AND 22–25, 2011
For the second edition of stillspotting nyc, composer Arvo Pärt and the architects at Snøhetta collaborate on a series of stillspots around Lower Manhattan that explore the special relationship between space and sound. Pärt’s concept oftintinnabuli (“little bells” in Latin), which forms the basis of most of his work, was born from a deeply rooted desire for an extremely reduced realm of sound that could not be measured, as it were, in kilometers or even meters but only in millimeters. In our busy everyday lives in cities such as New York, we often don’t realize how our ears continually need time to adjust to strong differences between the sounds that surround us—just as the pupils of the eyes only gradually accommodate to the change from light to dark. Pärt strongly believes that our mind and senses do register these differences unconsciously, and at times we could benefit from a stronger awareness of these gradual transitions. Oftentimes the mysterious phenomenon of sensory adaptation is best observed through reduction rather than growing complexity. Reduction certainly doesn’t mean simplification, but it is the way—at least in an ideal scenario—to the most intense awareness of the essence of stimuli.>> 
Ver video con la obra Magnificat, de Arvo Pärt





martes, 16 de agosto de 2011

Usted aprieta el botón, lo demás es cosa nuestra

 En 1888, en un anuncio de Kodak, nos garantizaba lo inconcebible : "Usted aprieta el botón, lo demás es cosa nuestra". Luego nos sorprendieron con las películas Kodachrome y Tri-X. Y al final el progreso mató al dinosaurio. Una de las mejores empresas de la historia tropieza con la sopa de pixeles.

Anuncio de Kodak, 1888
















En 1993, George Ritzer analizó en un ensayo los mecanismos de transferencia de servicios de la empresa al cliente, del productor al comprador: "La McDonalización de la sociedad", editado por Ariel Sociedad Económica en 1996. No hace falta dar muchas vueltas al tema para encontrar mcdonalizaciones a nuestro alrededor. Abro la lista con los hipermercados y las gasolineras (también llamadas estaciones de servicio).

De Kodak a McDonalds hay un abismo sin límite. Parece que la eternidad y lo infinito son fenómenos bastante humanos. En aras del progreso las empresas se esfuerzan en simplificar las actividades que supuestamente nos complican la vida: "digo ¡Chass! y aparezco a tu lado", magia, aprieto un botón y sale la foto, la tecnología nos abre nuevas fronteras. En el otro extremo del infinito, también en aras del progreso, pasamos de dar servicio a delegarlo en los usuarios finales y, con un pequeño maquillaje, incluso podemos convencer al personal de que hacer por uno mismo lo que antes se lo ofrecían otros es estimulante.

Ahora me acuerdo de las maquetas Revell, de barcos, aviones y coches. Quizás no podemos olvidar nuestro origen animal, y lo físico y manual lo llevamos impregnado en las neuronas, a pesar del litio y el pixel.

Kodachrome
George Ritzer

Skyrocket, de Revell