viernes, 6 de diciembre de 2019



                                 



                                



                               



                                       




Con Ultimatum, Jacopo Godani persigue su gran pasión: las infinitas posibilidades de metamorfosis dentro de su obra artística. En esta ocasión, el lenguaje coreográfico del creador ha sido liberado y se encuentra fuera de cualquier parámetro conocido. Ultimátum es la apertura a una nueva percepción performativa.

El coreógrafo italiano concibe geografías que contienencimientos escondidos. El escenario se transforma en un paisaje futurítisco donde el reino de la realidad está en suspenso y alterado por lo inesperado. El artista dota a la audiencia  de un espacio estético-artístico donde explorarun territorio desconocido, el cual aún no ha sido cartografiado y donde la coreografía se desliza y fluye entre los diferentes planos de la realidad.

La práctica coreográfica de Godani se acerca a las acciones artísticas de una manera reflexiva y consciente y esa es la belleza de la presencia escénica dela compañía: el compromiso en sus acciones. Cuerpos con características animalescas crean un universo de extrañas criaturas. Animales, mitad humanos, mitas insectos, habitan el espacioescénicomientras, al mismo tiempo, nace una forma de comunicación innovadora entre los intérpretes. La conversación coreográfica surge cuando la realidad extraña mirada, los gestos, las paradas, las pausas y las acciones no completadas crean un lenguaje común entre todas estas criaturas. Los silencios también presentes en Ultimátum, genera una sensación de descdescoyuntamiento: no solo el espacio está dislocado, sino que también lo está el tiempo escénico.

Las expresiones físicas en el trabajo artístico de Godadani son reveladoras y públicas, aunque, al mismo tiempo, internas y profundamente privadas. Cada gesto, cada logro coreográfico, contiene la elocuencia y la belleza de una poesía  abstracta y se convierten en un destino en sí mismos. Los interpretes se transforman en figuras llenas de pasión que, junto con el coreógrafo, tratan de evocar impetuosamente todo lo indescifrable.

En Ultimatum, todos los elementos artísticos forman parte de un diálogo transparente y puro. La sobriedad es el fiel reflejo de la búsqueda coreográfica de Godani, búsqueda mediante la que intenta hallar la naturaleza definitiva de dichos elementos: una narrativa abstracta libre de cualquier atadura dramática.



                                     

The Small Infinite
Coreografía: Jacopo Godani
Luces, escenografía y vestuario:
Jacopo Godani
Música: extractos de las Suites para violonchelo
solo de J.S. Bach, interpretadas por Jan Vogler
Soundscape: 48nord (Ulrich Müller,
Siegfried Rössert)
Duración: 18 minutos
Bailarines: 16






















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