No conozco a Marciana Millán, pero basta por la imagen que es joven y plenta de aventuras, que le despierta la necesidad de sentir a lanzarse a abrir los ojos bien abiertos, porque sabe que hay algo difícil por delante que le está esperando.
Marciana Millán ve una tormenta de polvo que levanta barro y fuego, una tormenta que podría echar atrar a cualquier persona, pero ella es valiente y en vez de retroceder, se lanza a una carrera peligrosa que podría acabar mal. Aún así, sigue acercándose.
Sin mirar hacia atrás, salta corriendo hacia la pared gigante que tiene enfrente. Quiere saber y se acerca todo lo que puede, hasta que darse cuenta que la barrera de arena y fuego es muy peligrosa. Pero sin miedo, avanza hacia la tormenta hasta un punto en el que las llamas y el barro es imposible avanzar más.
Es el momento de volver hacia atrás, porque ya sabe que a vencido cuando las llamas ya le han dejando descansar y disfrutar su aventura.
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