Me centro en una escena de la película que rompe el ritmo del resto de la historia. El protagonista, Marc Tourneuil (Gad Elmaleh), presidente de un gran banco francés, acude a una comida famliar. Ante las críticas que recibe de un pariente por su modo de gestión falto de ética, huye de la casa. En el vestíbulo se detiene y contempla la escena de un grupo de niños concentrados en los juguetes electrónicos que un poco antes les había regalado. Son niños burbuja, encerrados en la esfera de su juego solitario. La expresión del rostro de Marc Tourneuil transmite por un solo instante la revelación de que algo hace mal en todo lo que gira a su alrededor. Pero el instante se diluye rápidamente y retorna a su realidad.
Constantin Costa-Gavras: fotograma de El Capital (2012) |
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