De igual manera se me antoja que funciona la fantasía en nuestras mentes. Ante el reto de la acción ejercitamos los recursos infinitos que nos rodean, sean físicos o intelectuales. Frente a la imitación, impera el instinto de la creación. Nuestra razón de ser es innovar, imaginar, inventar, soñar.
Volviendo al símbolo de la callle vacía, nuestra mente está siempre predispuesta para desvelar lo que no vemos. Estar paseando por una calle vacía resulta ser de lo más estimulante. Pura magia.
Fotografía de Eduardo Ruigómez - Calle tranquila (2014) |
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