lunes, 29 de octubre de 2012

When the trumpet sounds the call - Feliz Halloween


Louis Armstrong and Danny Kaye - When the Saints Go Marching In
(de "The Saints", canto cristiano belga)

WHEN THE SAINTS GO MARCHING IN
(Letra original)

We are traveling in the footsteps
Of those who've gone before
But we'll all be reunited (but if we stand reunited)
On a new and sunlit shore (then a new world is in store)

O when the Saints go marching in

When the Saints go marching in
O Lord, I want to be in that number
When the Saints go marching in

And when the sun begins to shine

And when the sun begins to shine
O Lord, I want to be in that number
When the Saints go marching in

When the moon turns red with blood

When the moon turns red with blood
O Lord, I want to be in that number
When the Saints go marching in

On that hallelujah day

On that hallelujah day
O Lord, I want to be in that number
When the Saints go marching in

O when the trumpet sounds the call

O when the trumpet sounds the call
O Lord, I want to be in that number
When the Saints go marching in

Some say this world of trouble

Is the only one we need
But I'm waiting for that morning
When the new world is revealed

When the revelation comes

When the revelation comes
O Lord, I want to be in that number
When the Saints go marching in

When the rich go out and work

When the rich go out and work
O Lord, I want to be in that number
When the Saints go marching in

When the air is pure and clean

When the air is pure and clean
O Lord, I want to be in that number
When the Saints go marching in

When we all have food to eat

When we all have food to eat
O Lord, I want to be in that number
When the Saints go marching in

When our leaders learn to cry

When our leaders learn to cry
O Lord, I want to be in that number
When the Saints go marching in

sábado, 27 de octubre de 2012

Geometría plana con musgo

Fotografía de Eduardo Ruigómez - Geometría de setas 1
Fotografías de Eduardo Ruigómez - Geometría de setas 2 y geometría de lucernarios









viernes, 19 de octubre de 2012

Un nuevo mundo feliz

Un nuevo mundo feliz es un libro de Ulrich Beck de lectura imprescindible, sobre todo en el caso de los veinteañeros, para comprender mejor lo que sucede en el mundo del trabajo. El subtítulo centra el objeto de este ensayo: "La precariedad del trabajo en la era de la globalización".

Anónimo - Esclavos danzan en una plantación de Virginia - 1700s

¿En que se materializa esa precariedad en el trabajo? No sólo nos enfrenta a un panorama de escasez de puestos de trabajo, sino también a otras graves cuestiones que necesitan urgentes medidas y, de forma especial, un cambio cultural inmenso de la sociedad que equilibre todas las fuerzas implicadas (básicamente los políticos, que al final son los que siempre tienen la llave que abre o cierra puertas). El peligro de expansión de una esclavitud silenciosa es una realidad visible por cualquiera. Las empresas pierden su principal capital, equipos de personas profesionales, desde el momento en que sus estructuras están pobladas de becarios no remunerados que sustituyen a empleados con experiencia. Ese empobrecimiento, pan para hoy y hambre para mañana, deja ver bien claro sus secuelas desastrosas: vemos profesionales con años de experiencia desterrados del mercado sin piedad, sin futuro, y becarios en condiciones que recuerdan a la esclavitud, con largas jornadas y en muchos casos sin estar remunerados, al tiempo que no tienen directos modelos de referencia. El que sabe no trabaja y el que no sabe no aprende. Y las empresas inician el camino hacia la decadencia. Ese es el resultado de un diagnóstico para un gran crack social. 

¿No sería más lógico (y pienso de nuevo en los políticos que, como padres que corrigen las travesuras de sus hijos inmaduros, pueden marcar unas reglas de juego lógicas y hacerlas cumplir) que becarios y profesionales convivieran en largos ciclos de adaptación, tanto de la entrada de unos como de la salida de los otros, generando un flujo natural, no traumático, de continuidad del conocimiento de la empresa? Si admiramos el ejemplo del maestro y el artesano, tan bien reflejado en el Renacimiento, ¿por qué no seguir su ejemplo?: el sabio enseña al joven para convertirlo en un sabio que enseñe al siguiente joven. Con unos tiempos y una asignación económica que le permita vivir. Si creemos en el Estado del Bienestar, sólo hace falta ser consecuentes. Así de fácil.

Cito el primer párrafo del libro de Ulrich Beck:
Ulrich Beck - Un nuevo mundo feliz (1999)
Editado por Paidós


"La consecuencia involuntaria de la utopía neoliberal del libre mercado es la brasileñización de Occidente. Lo que más llama la atención en el actual panorama laboral a escala mundial no es sólo el elevado índice de paro en los países europeos, el denominado milagro del empleo en EE.UU. o el paso de la sociedad del trabajo a la sociedad del saber, es decir, qué aspecto tendrá en el futuro el trabajo en el ámbito de la información. Es, más bien, el gran parecido que se advierte en la evolución del trabajo en los denominados primero y tercer mundo. Estamos asistiendo a la irrupción de lo precario, discontinuo, impreciso e informal en ese fortín que es la sociedad del pleno empleo en Occidente. Con otras palabras: la multiplicidad, complejidad e inseguridad en el trabajo, así como el modo de vida del sur en general, se están extendiendo a los centros neurálgicos del mundo occidental."


domingo, 14 de octubre de 2012

Futuro en negro y blanco

¿Somos lo suficiente maduros como para forzar el futuro en base a parámetros meramente económicos?¿A dónde nos lleva un progreso tecnológico orientado principalmente al consumo?

¿Nuestros sistemas educativos forman personas, o lo que eufemísticamente se llama emprendedores?¿Qué significado tiene la palabra triunfar? 

El diccionario de la Real Academia Española da cinco acepciones, cada cual más jugosa: 1. intr. Quedar victorioso. 2. intr. Tener éxito. 3. intr. En ciertos juegos de naipes, jugar del palo del triunfo. 4. intr. Gastar mucho y aparatosamente. 5. intr. En la Roma antigua, dicho del vencedor de los enemigos de la República: Entrar con gran pompa y acompañamiento.

¿Es esto en lo que pensamos cuando educamos a las nuevas generaciones? ¿No sería mejor formar personas en base a valores culturales y humanísticos?

Descubrí hace dos años a Martha C. Nussbaum a través de su libro Sin fin de lucro, y asumí sus tesis inmediatamente. Ahora que va a ser investida con el Premio Príncipe de Asturias de las Ciencias Sociales, aprovecho para difundir información sobre ella a través de dos enlaces a unos artículos complementarios aparecidos en el suplemento Babelia de El País ayer: La utilidad de la filosofía (Lola Galán) y Una humanista de nuestro tiempo (Carlos Gual).

Fotografía de Eduardo Ruigómez