miércoles, 27 de mayo de 2015

La fantasía se cuela por las rendijas de la mente



© 2015 Fotografía de Eduardo Ruigómez - Las telarañas de la imaginación (años '70)


Reseña del libro La fantasía de la individualidad, de Almudena Hernando

Editorial Katz


<<La Ilustración había anunciado un futuro brillante y emancipador para la humanidad, que sin embargo no se ha realizado. En su lugar, se construyó un orden social caracterizado por la desigualdad de género -el llamado orden patriarcal-, en cuya base se encuentra una falsa convicción: que el individuo puede concebirse al margen de la comunidad y que la razón puede existir al margen de la emoción; que cuanto más individualizada está una persona, menos necesita vincularse con una comunidad para sentirse segura, y que cuanto más utiliza la razón para relacionarse con el mundo, menos utiliza la emoción. Y esta convicción, que rige los ideales de nuestro sistema social, está basada en una fantasía: la fantasía de la individualidad.
Almudena Hernando parte de estas constataciones para mostrar cómo la disociación razón-emoción constituye la clave del orden patriarcal y, desde una perspectiva multidisciplinar y heterodoxa, rastrea las trayectorias históricas diferenciadas (en términos de identidad) de hombres y mujeres que han dado como resultado distintos modos de construir la individualidad moderna en unos y en otras.
Su mirada es la de una arqueóloga que fija la atención en la lógica más profunda de los procesos sociohistóricos, y no en la apariencia que éstos puedan revestir en un momento dado. Y es también la de una pensadora comprometida con su tiempo: si el orden patriarcal es resultado de una trayectoria histórica definida por la dominación de los hombres y la subordinación de las mujeres, relación de poder que, en cuanto norma social, aún se mantiene en la actualidad, "mi esperanza -dice Hernando- es desentrañar algunas claves para entender la lógica que lo guía, pero, sobre todo, que su comprensión pueda ayudar a luchar contra esa subordinación".>>


Enlace a video de Almudena Hernando



jueves, 14 de mayo de 2015

¿Esperando a qué?


Groucho Marx esperando a Godot
Dice Samuel Beckett que <<Godot no vendrá hoy, pero mañana seguro que sí>>. Solemos estar esperando algo, cualquier emoción que abarque entre el milagro y la desventura. Como vivir es complicado, buscamos el remanso de lo inesperado, el impacto que nos despeje el atasco vital que arrastramos. <<O mirar con los labios apretados>>

La espera nos conduce al silencio, entendido como una forma de  vigilia impenitente que produce espejismos que sólo pueden conducir a la soledad. Mientras tanto, el reloj sigue girando, y el tiempo digiere minutos sin ningún sentido. El móvil nos distrae, consigue que evadamos la realidad, como una dósis de "Soleynt Green". El pensamiento se desvanece. <<Esperamos. Nos aburrimos. (Levanta la mano.) No, no protestes, nos aburrimos como ostras, es indudable. Bueno. Se nos presenta un motivo de diversión, y ¿qué hacemos? Dejamos que se pudra. Vamos, manos a la obra. (Avanza hacia Pozzo, se detiene.) Dentro de unos instantes todo habrá terminado, volveremos a estar solos, en medio de tanta soledad. (Piensa)>>


    Billy Button - I Married an Artist
Me quedo con Juan Massana, que se fija en el valor de los pequeños instantes que inundan la existencia:

<<Sentado a la mesa de la cocina,
elige entre las viejas camisas
alguna que pueda resistir otro invierno.
Parece sopesarlas como un fruto.
Lento, taciturno, espía su reflejo
en la noche de cristal negro:
fuera, la nieve entierra el silencio>>

<<Es uno de esos momentos
en los que el tiempo se detiene:
el amigo está ya lejos, pero aún presente.
Ahora es el antes y después de la batalla.
El deseo amortiguado. La rabia
y los propósitos; equidistantes.
Siente que puede mecer el alma,
pero ese balanceo se aleja poco
del centro de su corazón>>

Para el hombre que no reconoce
todo el amor que ha recibido,
                el tiempo detenido
         es el único refugio posible.