Pintura de John Collier - Lady Godiva, 1897 - sobre fotografía de Eduardo Ruigómez |
martes, 19 de abril de 2011
La recíproca invisibilidad de Lady Godiva y Peeping Tom
Lady Godiva cumplió su promesa para exonerar al pueblo de los altos impuestos, y salió a pasear a caballo por la ciudad medieval con sus largos cabellos por vestidura, mientras las ventanas permanecían cerradas, invisible a la vista de todos los ciudadanos. ¿A todos? No todos... el sastre Tom no pudo evitar la curiosidad y por la rendija de su persiana siguió con la mirada el paseo de la bella dama desnuda. Peeping Tom, el primer voyeur oficial de la historia, cayó en la más profunda invisibilidad, quedando ciego por su osadía.
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