sábado, 2 de julio de 2011

El sabio pueblo marroquí abre las ventanas de su hogar

Una gran noticia los resultados del referéndum de la nueva Constitución de Marruecos, un gran paso hacia adelante, motor de esperanza y progreso. Un 72,65% de participación y un 98,49% para el sí a las reformas propuestas, a pesar del boicot pedido por partidos de izquierda, un sindicato y los islamitas.

Fotografía de Aurelio Guillén - Pared en una calle pintada con espacios preparados para información de los partidos políticos sobre el referéndum sobre la  nueva Constitución - Marrakech, Junio 2011

3 comentarios:

Unknown dijo...
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Eduardo Ruigómez dijo...

Emma, he recuperado tu comentario, que he borrado involuntariamente (ejemplo irónico de la tecnología sustentada por pilas en vez de neuronas), así que lo devuelvo a su lugar:

Según me explicó un amigo Marroquí hace unas semanas, esos cuadros los utiliza gente que es analfabeta, entonces en cada cuadro se dibujan los diferentes símbolos que hacen alusión a los partidos políticos existentes. Cuando los marroquíes se dirigen a votar se fijan en el dibujo del partido al que quieren votar y memorizan el número correspondiente, que será el que utilizarán para votar.

:) Me ha gustado mucho el color de la foto y también el blog.

Un saludo.

Eduardo Ruigómez dijo...

Y ahora ya puedo responderte. También transmito tu elogio a Aurelio Guillén, autor de la fotografía de Marrakech.

La información de tu amigo resulta muy interesante, porque aclara la situación reinante aún en muchos lugares del planeta. Y en el caso de Marruecos, el testimonio está a nuestras puertas. El analfabetismo es una de las grandes lacras sociales; desterrarlo debería ser un imperativo urgente de cualquier gobierno, por pobre que sea. Educación y sanidad son los dos grandes patrimonios que poseemos las personas, como individuos y como parte de la sociedad.

Por otro lado solucionar el problema del analfabetismo no resuelve todo lo que implica. ¿A cuantas personas conocemos que saben leer y escribir y no son capaces de mostrar una mínima inquietud cultural, intelectual, una actitud de curiosidad que conduzca a la reflexión y la curiosidad por lo que nos rodea, un acercamiento a entender y comprender a los otros? Es otro tipo de analfabetismo, quizás hasta más peligroso, ya que desarrolla actitudes de indolencia o de barbarie física e intelectual, bajo el falso paraguas de una hipotética formación garantista insuficiente, y en muchas casos básicamente orientada al éxito competitivo.

También pienso en la novela FAHRENHEIT 451 de Ray Bradbury, donde, en un futuro siempre posible, la escritura está prohibida. Los periódicos sólo contienen imágenes que desarrollan las noticias (¿A que suena esto ya muy cercano en el mundo nuestro de los screenagers?). En la novela, los poseedores de libros son perseguidos y la única salvación de la literatura se erige en los bosques done viven los hombres-libros, encargados de memorizar cada persona el contenido de una obra. Todo un símbolo de innovación y pérdida. En mi caso, esta historia de Bradbury alimenta en parte el espíritu de mi blog, donde construyo el palacio de la memoria, con simples notas de lo cotidiano.

Te recomiendo la lectura del libro SIN ÁNIMO DE LUCRO de Martha C. Nussbaum (Editorial Katz).