domingo, 1 de diciembre de 2013

Canasta conflictiva

Gibbon narra en La Decadencia del Imperio romano que Augusto era consciente de que la humanidad se gobernaba mediante nombramientos. Esto me sugiere que el control de lo que hacemos se rige por los cambios. Nuestro destino no depende de la poltrona, sino de lo ágiles que seamos para abrir los ojos y ver lo desconocido. Si la decadencia del Imperio romano va asociada al ascenso del Cristianismo ("Un clavo saca a otro clavo"), el resurgimiento aparece con la energía de la confrontación, de la crisis, de la exploración.

Pienso en el conflicto como método de remover y alcanzar nuevos horizontes creativos. Este es el reto.


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