martes, 15 de marzo de 2011

Diseño la crisis que me destruya...

... con la ayuda de mis neuronas glotonas. Afortunadamente, una placentera miopía intelectual protege mi paz divina: la muerte, la pobreza, los desastres naturales son cosa de otros. Mi héroe es Monsieur Arpel*, precursor de la modernidad y elegancia por encima de la vulgaridad reinante. Asumo las crisis (¿qué crisis?) con optimismo, y como el ave Fénix, sé que renaceré más fuerte, grande y sabio. Cuando me enfrento a una crisis, la rodeo y sigo adelante, siempre adelante. Mirar hacia atrás es de débiles. Si hay crisis económica, debemos realizar los pequeños ajustes y reforzar el modelo imperante. Si nuestras necesidades crecen, podemos buscar la forma de satisfacerlas. Nuestra capacidad de adaptación y avance no tiene límite, porque los recursos del planeta son infinitos. No entiendo a los que quieren volver atrás y restringir el consumo-loop, el asfaltado de los campos yermos o la fabricación de armas y centrales nucleares. No entiendo a los teóricos que siempre se salen del plano para ver con distancia las cosas y revisarlas desde cero. ¡Vaya pérdida de tiempo! Desde mi trono, atalaya visionaria, proclamo que el progreso es un lobby infinito.

(Memorias encontradas en una silla de ruedas, del Doctor Strangelove)

*Mi tíohttp://www.youtube.com/watch?v=gkvtE1AS6Qo
Doctor Strangelovehttp://www.youtube.com/watch?v=E49bWwDK4w0

Fotografía de Eduardo Ruigómez - Crisis, 2009

3 comentarios:

La Almoneda de Gabriela dijo...

Me apunto!!!!
Ah y la foto buenísima!!!!!
Gabriela

Eduardo Ruigómez dijo...

También me apunto. El modelo de consumo actual es lo más parecido a una bella pradera que inesperadamente termina en precipicio. Y los lobbys son como el flautista de Hamelin. La ceguera moderna actúa sobre pautas de mejora del modelo vigente, excusándose en que la demanda social de consumo es la que es. Así acabaremos pronto cayendo por el precipicio. Los políticos tienen que cambiar, los lobbys también. No tengo la solución, pero sospecho que pasa por fomentar una educación basada no en el éxito profesional sino en los valores humanos y la estima por nuestro entorno natural y social. Consumir menos de todo, hacer menos y compartir más. Potenciar el intelecto, volver a Sócrates.

Wunderkammer dijo...

La foto es en sí una metáfora completa. No necesita palabras.
Fantástica.
Un saludo