... He soñado que las calles se llenaban de señales de prohibido circular a los coches, que las calzadas se convertían en un Peatón-Vao y las aceras para los coches (con sus papeleras, farolas, árboles, marquesinas, cubos de basura y demás tropiezos a esquivar que obligan a ir mirando al suelo en un ejercicio agotador). Los coches patinaban por las aceras de adoquines deslizantes, mientras los peatones pisaban el asfalto de la calzada central con la tracción de un elefante.
Mi sueño no es un hecho real, simplemente un u-turn de 180 grados, un grito digno de Prufrock que aspire a volver del revés en 60 segundos viejos hábitos.
Eduardo Ruigómez - Puerto de Santa María 2010
1 comentario:
Yo también sueño a veces que algún día las ciudades se harán para todos. No sólo para los que siempre van deprisa
Publicar un comentario